Por los años 1909 hasta 1964, se llamaban “llaveros” a los empleados provinciales de Hidráulica encargados de ordenar los turnos de riego de los canales maestros norte y sur. Desde éstos se derivaban canales secundarios, y de éstos a su vez, acequias de menor porte que llevaban el agua a las quintas. Los propietarios pagaban un canon de acuerdo a la superficie a regar. Los llaveros distribuían y controlaban el servicio trasladándose generalmente en sulky. Llevaban colgadas de la cintura las llaves de los candados de las compuertas de las acequias (zanjas que conducían el agua de riego a las quintas). Las “servidumbres de paso” que atravesaban las propiedades y el control de la cantidad de agua por el canon abonado, desataban discusiones entre propietarios o encargados entre sí o con el “llavero”. Se llevaban a cabo verdaderas pesquisas para ver si alguno regaba más de la cuenta o impedía el paso del agua al vecino. En todos esos casos se recurría al “llavero” como mediador para resolver esos pleitos, que no pocas veces, se originaban por diferencias políticas de los vecinos enfrentados.
Artista plástica: María Laura Castro Vázquez
Narradora: Laura Vázquez Cabanillas