
- “Quico, llamalo a Perico,
Caco, llamalo a Don Marcos..”
Para luego escurrirse rápidamente.
Como en toda leyenda hay señales interpretables de una configuración socio-cultural de la ciudad en esa época: -La figura de la mujer desvalida. -El señalamiento de la costumbre masculina de andar de noche “calaveriando”. -El temor de las secuelas de epidemias como el tifus que azolaban la ciudad.-El estribillo que parece una burla de las ordenes dadas por madres o patronas en sus casas o negocios. -La mendicidad, como corolario.
Artista plástica: María Laura Castro Vázquez
Narradora: Laura Vázquez Cabanillas